El encanto de los chunky kitten heels

Llevar tacones y estar cómoda es posible. Y no, no hablo de ponerte unos tacones y pasar todo el día (o noche) sentada en un rincón, sino de llevar aquel tan polémico estilo: los kitten heels. Se trata de unos zapatos formales, de tres o cuatro centímetros, y a los que por mucho tiempo se les conoció como “de oficinista”.

Digo lo de “polémico” porque los kitten heels ¿tacones de gatita? son, para muchos, una aberración estética y para otros, unos zapatos destinado SOLO a señoras. Y aunque los de tacón delgado me parecen algo aburridos, debo confesar que yo me rendí ante su versión chunky.

La verdad es que los kitten heels son una gran solución que se ajusta tanto si llevas un minivestido, como si llevas unos jeans, pues le dan un toque de formalidad a cualquier atuendo. Si además te decides por unos chunky, déjame decirte que tu look se verá más chic y juvenil.

Lo mejor de los chunky kitten heels es que vienen en muchos estilos.

Cerrados

Los zapatos cerrados (puntiagudos o de punta ovalada) van bien con casi cualquier look, incluido un traje sastre que te hará ver como toda una girlboss. Puntos extras si elijes unos con textura, en charol o en un color atrevido.

Sandalias

Pero los chunky kitten heels también pueden ser abiertos y en versión sandalia. En este caso irán bien con un mini vestido de gala o de cóctel. Podrás bailar toda la noche sin preocupación.

Slingback (destalonados)

Los destalonados (o semiabiertos) son la perfecta combinación entre unos zapatos cerrados y unas sandalias. Estos van bien con unos jeans pero también con una falda midi plisada. Si te quieres poner atrevida, usalos con unos calcetines.

Que sigan disfrutando enero y que cada paso que den tenga mucho estilo.

Un abrazo.

Look: Chunky kitten heels de Deflex Confort, pantalones de Megapaca y blusa de Forever 21 Plus. Fotos: Mariano Macz.