La tusa también se mata sudando, ¿no?
- Priscilla Leon
- 22 jul 2020
- 3 Min. de lectura
Se me ocurrió que podría inaugurar un espacio en el blog que se llame “Cosas de las que nunca creí que escribiría”. Pero bueno, si algo he descubierto en los últimos tiempos es que, a veces, acabamos haciendo cosas que no esperábamos y, mejor aún, disfrutándolas. Dicho esto, hoy les voy a hablar de cómo ahora hago ejercicio.

Todo comenzó
Nunca he tenido nada en contra del ejercicio, pero simplemente no lo hacía. La verdad es que era un poco falta de tiempo (ya saben, horario de periodista) y mucha pereza. Sí, lo siento, es así. Obvio sabía que lo necesitaba. Todos lo necesitamos, estemos flacxs o gordxs, el ejercicio es bueno para el cuerpo y, sobre todo, para la mente. Soy una romántica, lo sé.
No les voy a mentir, tuve un 2019 abrupto. No bueno, ni malo, abrupto. Y pues precisamente muchos de mis problemas comenzaban por ese viejo amigo llamado overthinking o pensar demasiado. Intenté muchas cosas, unas buenas y otras no tanto, para “matar la tusa” (eso que la poeta Karol G dice que es un mal de amores, pero según yo aplica a todo lo que nos deprime), pero al final me acabé rindiendo al ejercicio.
Soy muy mala para hacer ejercicio por “mi cuenta” o tratando de imitar los ejercicios que hacen por televisión o YouTube, así que en me compré una elíptica. Investigué un poquito antes de comprarla y es una máquina de ejercicio de “bajo impacto” para las articulaciones, ideal para personas que, como yo, no están muy acostumbradas al esfuerzo físico. Además, te permite trabajar brazos y piernas al mismo tiempo, y hasta mejorar tu postura. Ah sí, tampoco ocupa mucho espacio en casa. Tal vez 1.5 x 1.5 metros. Sorry, soy muy mala con las medidas.

Irónicamente, esta fue una de mis últimas compras antes de la cuarentena; y la verdad, es la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. A pesar de no estar acostumbrada al ejercicio “formal”, caminaba al menos una hora diaria. Ahora que me quedo en casa ya no lo hago, pero siento que, de alguna forma, lo estoy “compensando” con la elíptica.
La actualidad
Mi principal motivación no es ponerme flaca, sino alcanzar esa desconexión que 40 o 45 minutos de ejercicios pueden darme. Mi meta es hacer ejercicio todos los días y, no les voy a mentir, a veces tengo cero ganas. Algunas de ellas cedo ante la pereza, pero la mayoría del tiempo me obligó a levantarme de donde esté (el sofá, la cama o la silla del home office) y hacer “aunque sea un ratito”, que suelen ser 30 minutos.

Sí, puede que me falte disciplina, o puede que no. En todo caso, me ayudo con una app que se llama Bicicleta Elíptica y te programa sesiones específicas, dependiendo de tu capacidad física u objetivo. Es muy divertida, porque lleva un conteo del tiempo y te ordena que cambies de modalidad con voz de comandante Putin. Sí, es rusa.
Otro elemento importante es mi playlist. Les juró que yo traté con el Motivation Mix, de Spotify, cuya base es la música electrónica, pero no pude. Busqué y busqué, para al final hallé la solución en crear mi propia lista… de reggaetón. Larga vida a Daddy Yankee, Ivy Queen, Wisin y Yandel, Bad Bunny y Paloma Mami. (Les dejo el enlace acá)
Ah sí, este solía ser un blog de moda ¿recuerdan? El outfit para hacer ejercicio es muy importante porque, incluso sudando, debemos sentirnos lindas. Así que mis básicos son los bra deportivos, los leggings y unos buenos tenis. Hay quienes prefieren usar camiseta o sudadero, pero todo es cuestión de gustos y de aquello con lo que se sientan cómodas. Anyway, se me ocurre que debería hacer un post hablando solo de esto.
Bueno, esa es un poco de mi historia con el ejercicio, ojalá y ustedes también se animen, EN LA FORMA QUE QUIERAN O PUEDAN. Abrazos.
Look: Bra de Athletic Sports, Leggings de Sonoma y tenis de Sketchers. Fotos: Mariano Macz, vía FaceTime.
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