Las cinco lecciones ¿de moda? que me dejó el año de la pandemia
- Priscilla Leon
- 30 dic 2020
- 4 Min. de lectura

Recientemente volví a ver Franca: Chaos and Creation, el documental que repasa la vida de Franca Sozzani. En el filme, la editora de Vogue Italia, quien falleció hace cuatro años, suelta unas cuantas joyas de sabiduría, aunque una de las que más me impactó fue su concepto de “ligereza”. Para ella, “ligereza” es no tomar las cosas con demasiada seriedad, pues la vida comienza de nuevo cada día.
La ligereza, amigas mías, es algo que en lo personal me ha costado aplicar en mi diario vivir. La mayor parte de mi vida he querido tener todo bajo control, a tal punto que solo logré complicarme la existencia y desgastar o perder algunas cosas que realmente me importaban. Sin embargo, este año fue diferente. La pandemia y las circunstancias me obligaron a soltarme un poco y a no ser tan severa conmigo misma (ni con los demás). Aunque suene cursi y cliché, son estos tiempos los que te recuerdan lo realmente importante.
Sé que para muchos 2020 fue difícil, y abrazo a todos aquellos a los que esta pandemia les arrebató personas, proyectos o cosas que amaban. También agradezco a quienes, a pesar del caos, se tomaron el tiempo de pasar a darle una leída a este blog. Tal vez este año se trató menos de curvas y más de estilo, pero poder seguir escribiéndoles es para mí un privilegio, así que de nuevo ¡gracias!

A pesar de que hablar de moda puede parecer superficial en un año como este, no lo es. Aún en casa tuvimos que vestirnos y acabamos contribuyendo a esa cadena que Miranda Priestly tan bien nos explicó en Devil Wears Prada. La industria también continuó y tuvo que reinventar mucho de su modelo de negocio: desde cambiar las pasarelas por los fashion films hasta pasarse a las ventas online. En lo personal, a mí me dio la oportunidad de evaluar muchos de mis hábitos y de replantearme muchos conceptos.
1) De nada sirve un closet lleno si estás encerrada
Todavía no sé muy bien si antes de este año era más fashion victim o más compradora compulsiva. Creo que hay una línea muy delgada entre lo uno y lo otro. Lo que sí está claro es que la mayor parte de la ropa que me había comprado antes del coronavirus se quedó burlada en el closet (inserta acá el ícono de “payasa”). Lejos de entristecerme, esto me hizo darme cuenta de que, con pandemia o sin ella, hay prendas o accesorios que eran completamente innecesarios en mi existencia. Mi misión es hacer compras más pensadas y no comprar solo porque creo que no tengo “Nada que ponerme”.

2) Apostar por la moda sustentable debe ser una realidad
Hola, soy Priscilla y soy una adicta al fast fashion en recuperación. Aclaro, si yo llegué al fast fashion fue porque solo en tiendas como Forever 21 encontré tallas grandes con diseños modernos o juveniles. Sin embargo, estoy consciente que cada vez es más sonado el modelo injusto de producción de estas marcas, y lo necesario de apostarle a moda que sea realmente sustentable.
Esto tiene que ver con marcas que ofrezcan buenas condiciones laborales a toda su cadena de producción, además de respetar el medioambiente. La verdad es que es todo un dilema porque por un lado está apostar por lo artesanal y la alta costura (que claro, afecta directamente en el precio de la ropa); y por otro también implica cambiar nuestros hábitos de solo “usar y tirar”. Este es un tema que hay que evaluar despacio y a profundidad, pero si quieren saber más les dejo un episodio del podcast Hablemos de moda, que lo explica bien.
3) El futuro es comprar local
Con la llegada de la pandemia empezamos a tomar conciencia de la importancia de comprar en negocios y emprendimientos locales. Este es un hábito que debería seguir en tendencia con nueva normalidad o sin ella; y aplicarse a campos como la moda, la belleza y el estilo de vida. Guatemala tiene grandes marcas y diseñadores que trabajan con tanta creatividad y dedicación como cualquier casa de moda famosa. La siguiente es una mini lista de firmas nacionales que tengo la oportunidad de conocer y que no deben perder de vista. (Si hacen clic sobre el nombre caerán a sus cuentas de Instagram).

4) Los joggers se convirtieron en parte del look de oficina
Este fue el año en que vimos a Anna Wintour hacer home office con unos joggers puestos. Y bueno, si la todopoderosa editora de Vogue puede, nosotros también. El confinamiento nos llevó a hacer un mix and match inédito entre nuestros pantalones de pijama o joggers (pants) y nuestras blusas formales, para conectarnos a entrevistas y reuniones de Zoom. Además, pasamos mucho más tiempo en casa y eso nos recordó lo importante que es invertirle a nuestras pijamas y a la ropa cómoda (loungewear). Sí, aún encerradas podemos sentirnos lindas.
5) FaceTime sirve para algo más que hacer videollamadas
Como a todos, la pandemia también tomó desprevenido a su muy querido blog. Muy al principio de las restricciones nos topamos con el impedimento de poder seguir haciendo las fotos en la forma tradicional (es decir, en un terraza bajo la tormenta o en un parque con los pies en el hormiguero). Menos mal que Mariano siempre va un paso adelante y me propuso hacer algunas sesiones de fotos por FaceTime. La verdad es que quedaron muy bien (traté de seguir instrucciones) y fue una de las formas en que el blog se adaptó a los cambios. El resto, las presenciales, las hemos realizado en interiores y con todas las precauciones del caso. Así que aprovecho por agradecerle al señor fotógrafo su hospitalidad y todas sus ideas para sacar a flote a Curvas de estilo en pandemic times.
Ahora sí, a darle la bienvenida a 2021 con las lecciones aprendidas y cuidándonos mucho. ¡Salud por ustedes!
Look: Vestido de Ava & Viv y zapatos de Verde Tabaco.
Fotos: Mariano Macz.
Comments