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Madurar también es aprender a caminar en tacones

  • Foto del escritor: Priscilla Leon
    Priscilla Leon
  • 1 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

En mi armario de zapatos hay seis pares de deportivas (tenis), dos de ballerinas, tres de loafers (mocasines), cuatro de botines, dos de botas y tres de sandalias. Al fondo, escondidos y casi olvidados, al más puro estilo muñeca fea: tres pares de stilettos. Hasta hace poco eran mi “use solo en caso de emergencia”.


Lo de no llevar tacones, en mi caso, no es un acto de protesta o algo así. Son preciosos, pero me cuesta subirme a ellos sin parecer pollo en banqueta (término acuñado por Pilar Boliver en Farándula 40). Siempre digo que Carrie Bradshaw (Sex & The City) me enseñó todo en la vida, menos a flotar por la calle con unos taconazos. Bueno tal vez tiene que ver el hecho que ella transitaba por la glamurosa Manhattan y yo lo hago esquivando los agujeros, charcos y motoristas de esta divina ciudad. Pero, ese no es el tema, sino que, ahora que me hago mayor y me pongo a filosofar en la ducha, llegué a la conclusión de que madurar también es aprender a caminar en tacones.


Veamos, yo no tengo problema con combinar los vestidos y faldas con deportivas, créanme. Lo he hecho infinidad de veces y no por comodidad, sino porque le dan un aire super chic a un atuendo. Sin embargo, llega un momento en que te haces adulto (a la fuerza claro) y te invitan a mil actividades en las que tus tenis blancos no tienen sitio (entiéndase bodas, bautizos y fiestas con dresscode). Entonces, tienes dos caminos: usar unas ballerinas, que por cierto se ven muy mal con vestidos largos; o darle una oportunidad a tus tacones.


Si eliges las alturas, estas son algunas acciones que tus pies te agradecerán:


Date tu lugar


Con los tacones, debes ir despacio. Digo, si estas acostumbrada a usar solo zapato plano será imposible que un día despiertes y puedas subirte a unos de 15 centímetros. Intenta primero con 5 centímetros, luego 8 y así. De lo contrario, las cuñas (tacones corridos) son un buen entrenamiento.


Quédate con los que te hagan feliz


Stilettos hay muchos y de todos los precios, pero los mejores son los que te hacen sentir segura. Pruébatelos, camina con ellos y elige materiales en los que tu pie se sienta cómodo. Más allá de tendencias, escoge diseños atemporales. Tampoco es obligación llevar tacón de aguja, los chunky heelsson mucho más amigables.


Preséntalos a tus amigas


Súmalos a tu rutina diaria, úsalos en horas de oficina o para salir a comer con tus amigas. El chiste es que entre más los uses, más tiempo podrás llevarlos sin parecer caballo cansado.


Ten un reemplazo


Al principio va ser imposible usarlos y no cansarte. Mantén cerca (en el carro o en el bolso) un par de flats. Sí, suena como cuando las madres les llevan a sus hijos “otra mudada”, pero te aseguro que no te vendrán mal. Especialmente si planeas bailar toda la noche.


Ahora que lo pienso, estos consejos para usar tacones también aplicarían a salir con hombres. Lo bueno es que, en ambos casos, si la cosa no funciona siempre pueden volver a encerrarse en el armario.


Gracias por sus comentarios.

 
 
 

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