Shorts y otras prendas que te dijeron que no debías llevar a la oficina
- Priscilla Leon
- 12 may 2019
- 3 Min. de lectura

Hace poco más de tres años, cuando trabajaba para Siglo.21 y la vida era divertida, pero no tan buena como la de ahora, escribí una nota acerca de Prendas que no deberías llevar a la oficina. No recuerdo bien el titular ni las piezas que recomendé evitar, pero sí que la foto que acompañaba el texto era la de una chica con un minivestido strapless ajustado de animal print. Bueno, para mí ese look sigue siendo un gran “No”.
Sin embargo, queridas, las cosas cambian y si acaso en esa publicación me atreví a decirles que no llevaran shorts, hoy vengo a retractarme. Hace un par de semanas usé esta prenda para ir trabajar y es una decisión de la que no me he arrepentido (aún). Con esto no digo que mañana todas deban marchar a la oficina en shorts, porque como verán a continuación, hay de shorts a shorts. Lo que sí les digo es que tal vez es tiempo de botar algunos tabúes sin atentar contra el buen gusto.

Shorts
Los shorts son una prenda controversial, porque dos o tres centímetros hacen la diferencia entre un look de festival y uno de oficina. En mi opinión, sí los puedes llevar, pero en versión casual o falda-pantalón, que, a pesar de ser más holgadas, son más formales. El largo es importante, así que esos shorts que parecen cacheteros están descartados, ¿lo sabés, no?, al igual que los materiales como el denim (lona). Si acaso te parece que tus shorts son demasiado cortos, puedes usar unos panties oscuros debajo.
Blusas de tirantes
Yo solía llevar blusas de tirantes a todos lados (porque calortz), hasta que me bajaron puntos en las prácticas universitarias por ir “muy destapada”. Obvio, en ese momento me indigné mucho, aunque luego me puse a pensar que tal vez tenían razón. Si bien aún las uso, sobre todo para recordarme que puedo vivir con mis brazos gordos, lo hago con medida o me pongo un cárdigan, un kimono o un blazer encima. De verdad, no está mal llevarlas.

Faldas y vestidos cortos
Yo no soy nadie para decirles que no lleven faldas y vestidos cortos a la oficina, porque creo que yo lo he hecho. Digo “creo” porque aunque no son minis, tampoco son midis o largos. De nuevo, la diferencia entre una cosa y la otra es mínima, y solo trato de encontrar un largo con el que yo me sienta cómoda y con el que algo que nadie quiere ver, se asome. Al igual que los shorts, unos panties oscuros pueden ayudarte a “contrarrestar” el efecto escándalo entre tus compañeras. Créanme, lo digo por experiencia.
Jeans rotos
Creo que este estaba en esa nota de Siglo.21 de las que les hablé al principio. Mas, ahora pienso que cuando tienes un trabajo “creativo”, por ejemplo la sección de cultura de un diario, puedes permitirte algunos looks, que, digamos, podrías en una gran corporación. Obvio no voy a ir a una inauguración de una exposición o a una entrevista importante con mis jeans rotos, pero para un viernes (o un jueves) sí que los uso.

Blusas escotadas
Sinceramente, deberíamos replantearnos qué es un escote. Según yo los escotes solo lo son si tienes muchas chichis, que, claro, no es mi caso. Creo que puedes atreverte a “mostrar” un poco de piel, pero nunca de una forma que pueda llegar a ser incómoda para ti o para quienes están a tu alrededor. Así que puedes jugar con transparencias y otro tipo de escotes, te doy permiso.
Sé que todas estas prendas pueden sonar un poco atrevidas, pero créanme en estos años de oficina he visto cosas peores.
Esta es mi lista, just for fun.
Camisas tipo “polo” de mujer. No son PARA NADA favorecedoras.
Jeans de Fey de los 90. Es decir, acampanados y, además de todo, con el ruedo deshilachado y mascado.
Flip flops o chancletas. Juro que las he visto (y escuchado mientras alguien las arrastra).
Zapatos de plataforma e imitación gamuza. Se ven muy corrientes, sorry.
Camisas con maxi estampados ochenteros . Sobre todo si quien la porta es un hombre que se hace acompañar de un peinado de “bucles”.
Comentarios